sábado, 14 de mayo de 2016

Recuperando el cuartel (1ra parte)


Recuperar los valores para no perder la familia

Filipenses 4:8-9 
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.

Las sociedades que descuidan sus valores éticos, morales y espirituales, tienden a desaparecer, ya que los mismos son los pilares fundamentales para el desarrollo grupal e individual de las personas.

El componente primordial de la sociedad es la familia, por ende,  cuando se habla de una sociedad “enferma”, “violenta”, tambaleante, etc.; estamos refiriéndonos a ese componente primordial llamado familia.

¿Por qué se dice que la familia es un punto cardinal de la sociedad?, porque en ella es donde se adquieren y aprenden los valores, ellos son inculcados en el seno de una familia.

Es por dicha razón que no se puede delegar esta tarea a otras instituciones tales como colegios, universidades, etc., ya que el colegio puede formar un bachiller, la universidad forma un médico, un abogado, un administrador; pero la familia es formadora de personas.

¿Qué son los valores?, sucintamente podemos decir que son todas aquellas actitudes que nos forman como personas, como hombres y mujeres.

Desde el punto de vista bíblico, el creyente debe recordar, que Dios formó al hombre y a la mujer con el propósito de crecer y multiplicarse, es decir formar familias sanas, que puedan gobernar (sus actos, pueblos y naciones) con la justicia que proviene de Dios, por habernos formados a Su imagen y semejanza.

También desde el mismo punto de vista bíblico, entendemos quién se interpuso en los planes de Dios para la familia, Satanás, el cual hasta el día de hoy sigue maquinando y pergeñando su plan destructivo, cuyo objetivo es sembrar en el corazón del ser humano la rebeldía hacia Dios.

Inevitablemente, la familia, la sociedad, el pueblo, etc., que se rebela contra Dios, está condenado al fracaso, a la destrucción; la rebeldía contra Dios provoca la pérdida de los valores que recibimos al momento de ser formados por Él en el vientre de nuestra madre.

La buena noticia es que Dios no se quedó con los brazos cruzados ante la irrupción de Satanás en el escenario de la vida del ser humano; nos envío a su Hijo Jesucristo, vino a rescatar lo que se había perdido y pagó un alto precio por la recuperación del plan original del Padre Celestial. Pagó en precio de sangre, la Suya; y de este modo todo aquel que ponga en Él su fe y crea en Su sacrificio, no se perderá y tendrá una vida sana por toda la eternidad.

Las familias que están en Cristo, son transformadas por Su Poder, sin importar los daños y las pérdidas sufridas, porque Jesucristo hace nueva todas las cosas, una nueva creación y naturaleza; lo pasado, eso que Satanás se encargó de arruinar, queda en el recuerdo. Así lo enseña el apóstol Pablo cuando escribe su segunda carta a la iglesia de Corinto (2 Co 5:17).

Camaradas, al finalizar la primera parte de nuestra reflexión, queremos animarlos a confiar sus familias en las manos de Jesucristo, aunque el panorama sea desalentador. Cristo anhela ser parte de la familia, desea recomponer matrimonios, restaurar la relación con los hijos. Es probable que quizás haya hijos que sean esclavos del flagelo de las adicciones a las drogas, alcohol, etc; quizás algunos estén privados de la libertad. No importa, debemos saber que NO HAY IMPOSIBLES PARA DIOS.

Con Jesucristo RECUPERAREMOS EL CUARTEL FAMILIAR.

No dudes en escribirnos.


Pastor Simón Melendres – Subof Sup (R) – Córdoba.
Capellán Evangélico Ariel Lucero – Of J - Campo de Mayo (Bs As).



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