Recuperar los valores para no perder la familia
Filipenses
4:8-9
8 Por último,
hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que
sea excelente o merezca elogio. 9 Pongan en
práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí,
y el Dios de paz estará con ustedes.
Las sociedades que descuidan sus valores éticos, morales
y espirituales, tienden a desaparecer, ya que los mismos son los pilares
fundamentales para el desarrollo grupal e individual de las personas.
El componente primordial de la sociedad es la familia,
por ende, cuando se habla de una
sociedad “enferma”, “violenta”, tambaleante, etc.; estamos refiriéndonos a ese
componente primordial llamado familia.
¿Por qué se dice que la familia es un punto cardinal
de la sociedad?, porque en ella es donde se adquieren y aprenden los valores, ellos
son inculcados en el seno de una familia.
Es por dicha razón que no se puede delegar esta tarea
a otras instituciones tales como colegios, universidades, etc., ya que el
colegio puede formar un bachiller, la universidad forma un médico, un abogado,
un administrador; pero la familia es formadora de personas.
¿Qué son los valores?, sucintamente podemos decir que son
todas aquellas actitudes que nos forman como personas, como hombres y mujeres.
Desde el punto de vista bíblico, el creyente debe
recordar, que Dios formó al hombre y a la mujer con el propósito de crecer y multiplicarse,
es decir formar familias sanas, que puedan gobernar (sus actos, pueblos y
naciones) con la justicia que proviene de Dios, por habernos formados a Su
imagen y semejanza.
También desde el mismo punto de vista bíblico, entendemos
quién se interpuso en los planes de Dios para la familia, Satanás, el cual
hasta el día de hoy sigue maquinando y pergeñando su plan destructivo, cuyo
objetivo es sembrar en el corazón del ser humano la rebeldía hacia Dios.
Inevitablemente, la familia, la sociedad, el pueblo,
etc., que se rebela contra Dios, está condenado al fracaso, a la destrucción;
la rebeldía contra Dios provoca la pérdida de los valores que recibimos al
momento de ser formados por Él en el vientre de nuestra madre.
La buena noticia es que Dios no se quedó con los
brazos cruzados ante la irrupción de Satanás en el escenario de la vida del ser
humano; nos envío a su Hijo Jesucristo, vino a rescatar lo que se había perdido
y pagó un alto precio por la recuperación del plan original del Padre
Celestial. Pagó en precio de sangre, la Suya; y de este modo todo aquel que
ponga en Él su fe y crea en Su sacrificio, no se perderá y tendrá una vida sana
por toda la eternidad.
Las familias que están en Cristo, son transformadas
por Su Poder, sin importar los daños y las pérdidas sufridas, porque Jesucristo
hace nueva todas las cosas, una nueva creación y naturaleza; lo pasado, eso que
Satanás se encargó de arruinar, queda en el recuerdo. Así lo enseña el apóstol
Pablo cuando escribe su segunda carta a la iglesia de Corinto (2 Co 5:17).
Camaradas, al finalizar la primera parte de nuestra
reflexión, queremos animarlos a confiar sus familias en las manos de Jesucristo,
aunque el panorama sea desalentador. Cristo anhela ser parte de la familia, desea
recomponer matrimonios, restaurar la relación con los hijos. Es probable que quizás haya
hijos que sean esclavos del flagelo de las adicciones a las drogas, alcohol,
etc; quizás algunos estén privados de la libertad. No importa, debemos saber
que NO HAY IMPOSIBLES PARA DIOS.
Con Jesucristo RECUPERAREMOS EL CUARTEL FAMILIAR.
No dudes en escribirnos.
Pastor Simón Melendres – Subof Sup (R) – Córdoba.
Capellán Evangélico Ariel Lucero – Of J - Campo de
Mayo (Bs As).
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