Recuperar
los valores para no perder la familia
Filipenses 4:8-9
8 Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo
respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de
admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. 9 Pongan
en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en
mí, y el Dios de paz estará con ustedes.
Antes de enseñar valores a nuestra
familia, es imprescindible que los practiquemos nosotros primero, no podemos
exigir a nuestros hijos que hagan algo que nosotros mismos no vivimos ni
practicamos.
Veamos algunos de los valores que
debemos fomentar en el seno familiar, con el fin de formar personas de bien
(hijos, nietos, etc).
Los valores que a continuación mencionamos,
tienen un fundamento sólido, enmarcados en preceptos bíblicos, ellos son:
1.
Respeto (1 Pedro 2:17)
a. Es la base de los valores, pues el
respeto nos hace aceptar el valor propio y los derechos de las personas, nos
hace convivir en paz.
b. El respeto al derecho ajeno es la
paz.
c. Enseñar el respeto a las personas
mayores (Levítico 19:32)
d. Enseñar el respeto a las
autoridades (Romanos 13:1) es decir presidente,
gobernadores, maestros, policías, directores etc.
e. Enseñar el respeto a los padres (Efesios
6:2), desde el saludo en
la mañana, hasta las buenas noches antes
de acostarse.
2.
Agradecimiento (Filipenses 4:6):
a. Enseñar a nuestros hijos a ser
agradecidos en todo lo que se les puede dar.
b. Enseñar a nuestros hijos el aprecio
por lo que se tiene, aunque no sea lo que se quiere, inculcando en ellos la
premisa de que el agradecimiento nos abre las puertas de la bendición de Dios
en nuestra vida.
c. No olvidemos que nuestros hijos
aprenden de lo que ven hacer a sus padres y lo que escuchan decir de los mismos.
3. Responsabilidad ( Romanos 14:12)
a. Enseñar a cumplir con las
obligaciones (Quehaceres del hogar, tareas escolares, etc).
b. Dar cuenta de sus actos y responder
por ellos ante el incumplimiento de los mismos.
c. Deben entender que la
irresponsabilidad tiene como consecuencia fracaso, angustia, etc.; y que estos
resultados no pueden ser atribuidos a terceras personas (padres, maestros,
profesores, etc.).
d. Como padres, no debemos apañar las
irresponsabilidades de nuestros hijos
4. Honradez (Levítico 19:13)
a. Es integridad en el obrar (Ej.:
aquella persona que por sobre su necesidad económica hace prevalecer en su
obrar lo justo y lo recto).
b. No podemos permitir que nuestros
hijos lleven a casa objetos que no sabemos de dónde proceden, o debemos prestar
atención cuando compren cosas que ellos normalmente no pueden pagar.
c. Por más grande que sea nuestra
necesidad, no es escusa para llevar adelante actos deshonestos para suplirla;
aunque sean actos mínimos y de prácticas generalizadas (copiarse en un examen, quedarse
con un vuelto, conectarse clandestinamente del cable de tv, energía eléctrica,
etc). Por el contrario, debemos recordar y enseñar a nuestra familia que Dios
ha prometido: “No te dejaré ni desampararé”.
5. Honestidad ( Ezequiel 16:8)
a. La honestidad es un valor moral que
tiene que ver con la verdad, lo puro, un hombre y una mujer honesta tienen
varias cualidades: decente, decoroso, recatado y pudoroso.
b. Debemos exigir a nuestros hijos e
hijas el decoro y pudor en:
1) El vestir.
2) En el vocabulario.
3) Cuando un amigo/amiga pernocta en el
hogar.
4) Ídem en lo atinente a novio/novia.
(Ellos no son un matrimonio, por ende no es honesto que duerman juntos como
esposo y esposa).
6.
Amor (Juan 13:34):
a. Debemos enseñar el amor los unos a
los otros dentro de la familia, y esto va tomado de la mano del perdón y tolerancia.
b. La falta de perdón acarrea como
consecuencia odio, menosprecio, etc.
c. Cuando hay amor hay perdón, paz y armonía.
d.
El “Padre Nuestro” reza: “……y perdona nuestras ofensas
(deudas morales), así como (de la misma manera) nosotros perdonamos a los
que nos ofenden (nos deben)…..”
En otras palabras decimos: Dios, yo ya he perdonado a
mi hermano, cónyuge, etc. por lo que me hizo; ahora yo te pido perdón a Ti por
lo que a diario mi obrar te ofende, hiere, avergüenza.
e. Debemos recordar que Jesucristo hizo
hincapié en dos mandamientos; el primero: Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. El
segundo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Luego agregó, aquellos que
cumplan estos mandamientos han cumplido con todo lo que enseña y manda la
Palabra de Dios. (Mateo 22: 37- 40).
Camaradas,
nuestro hogar es como un escuadrón/cuartel, donde se forman aquellos soldados
que tendrán que enfrentar la batalla cotidiana de la vida.
Todo
comandante desea el éxito de sus tropas, ello habla bien acerca de su
conducción táctica y el buen manejo de los recursos (humanos, logísticos, etc).
Desde
el punto de vista bíblico, Dios ha confiado en nuestras manos un cuartel para
conducir y nos ha dado un Reglamento Celestial, antiquísimo y poderoso, Su
Palabra. Ella promete éxito y hay generales que dan testimonio de ello por
haber obedecido, entre ellos Moisés, Josué, David, etc.
Si
tu cuartel ha sido tomado por el enemigo de nuestras almas, Satanás, es tiempo
que recurras al Reglamento Celestial; pide el apoyo incondicional de
Jesucristo, el es experto en recuperar las instalaciones de los cuarteles
invadidos por este príncipe de las tinieblas.
Con
Jesucristo RECUPERAMOS EL CUARTEL.
No
dudes en escribirnos.
escuadroncristiano@gmail.com
zymonzymon2001@yahoo.com.ar
Pastor Simón Melendres – Subof Sup (R) – Córdoba.
Capellán Evangélico Ariel Lucero – Of J - Campo de Mayo (Bs As).
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