martes, 17 de mayo de 2016

Recuperando el cuartel (última parte)


          Recuperar los valores para no perder la familia

Filipenses 4:8-9 
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.
  
          Antes de enseñar valores a nuestra familia, es imprescindible que los practiquemos nosotros primero, no podemos exigir a nuestros hijos que hagan algo que nosotros mismos no vivimos ni practicamos.

          Veamos algunos de los valores que debemos fomentar en el seno familiar, con el fin de formar personas de bien (hijos, nietos, etc).

         Los valores que a continuación mencionamos, tienen un fundamento sólido, enmarcados en preceptos bíblicos, ellos son:

1.     Respeto (1 Pedro 2:17)

a.    Es la base de los valores, pues el respeto nos hace aceptar el valor propio y los derechos de las personas, nos hace convivir en paz.

b.    El respeto al derecho ajeno es la paz.

c.    Enseñar el respeto a las personas mayores (Levítico 19:32)

d.    Enseñar el respeto a las autoridades (Romanos 13:1) es decir presidente, gobernadores, maestros, policías, directores etc.

e.    Enseñar el respeto a los padres (Efesios 6:2), desde el saludo en la mañana, hasta las  buenas noches antes de acostarse.

2.     Agradecimiento (Filipenses 4:6):

a.    Enseñar a nuestros hijos a ser agradecidos en todo lo que se les puede dar.

b.    Enseñar a nuestros hijos el aprecio por lo que se tiene, aunque no sea lo que se quiere, inculcando en ellos la premisa de que el agradecimiento nos abre las puertas de la bendición de Dios en nuestra vida.

c.    No olvidemos que nuestros hijos aprenden de lo que ven hacer a sus padres y lo que escuchan decir de los mismos.

3.     Responsabilidad ( Romanos 14:12)

a.    Enseñar a cumplir con las obligaciones (Quehaceres del hogar, tareas escolares, etc).

b.    Dar cuenta de sus actos y responder por ellos ante el incumplimiento de los mismos.

c.    Deben entender que la irresponsabilidad tiene como consecuencia fracaso, angustia, etc.; y que estos resultados no pueden ser atribuidos a terceras personas (padres, maestros, profesores, etc.).

d.    Como padres, no debemos apañar las irresponsabilidades de nuestros hijos

4.     Honradez (Levítico 19:13)

a.    Es integridad en el obrar (Ej.: aquella persona que por sobre su necesidad económica hace prevalecer en su obrar lo justo y lo recto).

b.    No podemos permitir que nuestros hijos lleven a casa objetos que no sabemos de dónde proceden, o debemos prestar atención cuando compren cosas que ellos normalmente no pueden pagar.

c.    Por más grande que sea nuestra necesidad, no es escusa para llevar adelante actos deshonestos para suplirla; aunque sean actos mínimos y de prácticas generalizadas (copiarse en un examen, quedarse con un vuelto, conectarse clandestinamente del cable de tv, energía eléctrica, etc). Por el contrario, debemos recordar y enseñar a nuestra familia que Dios ha prometido: “No te dejaré ni desampararé”.

5.     Honestidad ( Ezequiel 16:8)

a.    La honestidad es un valor moral que tiene que ver con la verdad, lo puro, un hombre y una mujer honesta tienen varias cualidades: decente, decoroso, recatado y pudoroso.

b.    Debemos exigir a nuestros hijos e hijas el decoro y pudor en:

1)    El vestir.

2)    En el vocabulario.

3)    Cuando un amigo/amiga pernocta en el hogar.

4)    Ídem en lo atinente a novio/novia. (Ellos no son un matrimonio, por ende no es honesto que duerman juntos como esposo y esposa).

6.     Amor (Juan 13:34):

a.    Debemos enseñar el amor los unos a los otros dentro de la familia, y esto va tomado de la mano del perdón y tolerancia.

b.    La falta de perdón acarrea como consecuencia odio, menosprecio, etc.

c.    Cuando hay amor hay perdón, paz y armonía.

d.    El “Padre Nuestro” reza: “……y perdona nuestras ofensas (deudas morales), así como (de la misma manera) nosotros perdonamos a los que  nos ofenden (nos deben)…..”

En otras palabras decimos: Dios, yo ya he perdonado a mi hermano, cónyuge, etc. por lo que me hizo; ahora yo te pido perdón a Ti por lo que a diario mi obrar te ofende, hiere, avergüenza.

e.    Debemos recordar que Jesucristo hizo hincapié en dos mandamientos; el primero: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. El segundo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Luego agregó, aquellos que cumplan estos mandamientos han cumplido con todo lo que enseña y manda la Palabra de Dios. (Mateo 22: 37- 40).

Camaradas, nuestro hogar es como un escuadrón/cuartel, donde se forman aquellos soldados que tendrán que enfrentar la batalla cotidiana de la vida.

Todo comandante desea el éxito de sus tropas, ello habla bien acerca de su conducción táctica y el buen manejo de los recursos (humanos, logísticos, etc).

Desde el punto de vista bíblico, Dios ha confiado en nuestras manos un cuartel para conducir y nos ha dado un Reglamento Celestial, antiquísimo y poderoso, Su Palabra. Ella promete éxito y hay generales que dan testimonio de ello por haber obedecido, entre ellos Moisés, Josué, David, etc.

Si tu cuartel ha sido tomado por el enemigo de nuestras almas, Satanás, es tiempo que recurras al Reglamento Celestial; pide el apoyo incondicional de Jesucristo, el es experto en recuperar las instalaciones de los cuarteles invadidos por este príncipe de las tinieblas.

Con Jesucristo RECUPERAMOS EL CUARTEL.

No dudes en escribirnos.

escuadroncristiano@gmail.com
zymonzymon2001@yahoo.com.ar

Pastor Simón Melendres – Subof Sup (R) – Córdoba.
Capellán Evangélico Ariel Lucero – Of J - Campo de Mayo (Bs As).


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