QUE ES LA
INIQUIDAD (Parte I)
Si nos
enfocamos solamente en lo que es en sí la iniquidad y la gravedad de lo que
ocasiona en la vida de cualquier persona tendremos respuestas ante verdades allí escondidas y que tienen
relación con los tiempos que vivimos.
Aunque
algunos han dicho que la iniquidad es posible que se transfiera genéticamente
por el ADN. Todavía no es posible comprobarlo científicamente en su totalidad, creo
que todavía no es comprobado. Pero si tú vas al médico normalmente ellos
preguntan si tus padecimientos los tuvo alguien de tus padres o antepasados. La Biblia dice que las
iniquidades están grabadas en el corazón, además se transfieren de generación
en generación y están desde el nacimiento con la persona (Salmo 58). Es
sorprendente las veces que la
Biblia hace esta separación entre pecado, rebelión e
iniquidad, a veces claramente y otras veces se pierde debido a las
traducciones, ya que iniquidad en la
Biblia se puede encontrar como, pecado, injusticia, maldición
o maldad. En muchos otros pasajes se ha mantenido esta separación o
diferencia de términos.
“Y
pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte,
misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y
el pecado, y que de
ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los
padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”. Éxodo 34:6-7
¿Y si es lo
mismo, porque Dios lo separa?
”Y vuestros
hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras
rebeldías, hasta que vuestros
cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los
cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras
iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo”. Números
14: 33-34
La
iniquidad se transfiere de generación a generación:
Esa
transferencia es como una tendencia a repetir los pecados de los padres y
ancestros. Es decir yo no heredo los pecados de mis padres, pero si heredo la
tendencia a pecar.
La
biblia es clara que cada quien es responsable de su propio pecado. Así que en
ningún momento estoy negando la eficacia y el poder de la sangre de Cristo. Pero el hecho que
tú digas que ya eres perdonado y fuiste perdonado, eso no te hace perfecto y
mucho menos te libera de la tendencia pecaminosa. Si ese fuera el caso todos
los cristianos seriamos unos santos y automáticamente somos libres de la
tendencia pecaminosa y no pecaríamos jamás. El punto es que la iniquidad, es
una tendencia a repetir los pecados de los padres, de los abuelos, bisabuelos y
tatarabuelos.
El pueblo
de Israel fue liberado de Egipto mas sin embargo tenía una tendencia muy
arraigada en el corazón para pecar, para desobedecer, para ser rebeldes. Eso
les impidió entrar en la tierra prometida. Te das cuenta eran libres por el
poder de la sangre de Cristo (El cordero Pascual). Pero no del corazón. El
corazón estaba atado a Egipto.
Así el
cristiano es salvo pero falta purificar el corazón, limpiar el corazón de los
pecados del pasado.
Jeremías
17:1 dice: “El pecado
de Judá escrito
está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla
de su corazón, y en los cuernos de
sus altares”.
No sé si te
has fijado en este detalle:
”Y
vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos
llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el
desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que
reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año
por cada día; y conoceréis mi castigo”. Números 14: 33-34
Cuarenta
años por cada día, llevaran vuestros hijos ¿Por qué los hijos? ¿Porque cuarenta
años, uno por cada día? Si eres estudioso de la Biblia te darás cuenta que
en la Biblia
los detalles cuentan mucho. Por eso Jesús dijo, que ni una pequeña tilde (‘)
pasara sin que se cumpla la palabra de Dios. La razón por la que Dios se
enfureció tanto del pecado, la rebeldía e iniquidad del pueblo fue porque no
creyeron en su palabra. Para recibir las bendiciones de Dios hay que creer la
totalidad de su palabra. Para Dios es muy importante que se crea en su palabra,
no solo porque él lo dice, más bien porque es la verdad. Por eso Jesús dijo:
“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
La iniquidad es iniquidad aunque tú lo
ignores
Cuando
llegamos a Cristo hay muchas áreas de nuestra vida que no sabemos que necesitan
ser cambiadas, no sabíamos ni siquiera que eran pecados o maldición en nuestra
vida. Por ejemplo:
“Del fruto
de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus
labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá
de sus frutos”. Proverbios 18:20-21
¿Cuántas
veces has maldecido tu vida con tus propias palabras? ¿Cuántas veces has
hablado cosas negativas a tu vida sin darte cuenta? Es increíble darte cuenta
cuando la gente se está maldiciendo así misma. No digamos con el pensamiento,
no digamos cuando eso sale del corazón. ¿Porque crees que en la juventud o en
la adolescencia se forman los complejos? ¿Cuántas veces no maldecimos las vidas
de nuestros hijos o familia cuando les decimos cosas negativas? En varias
ocasiones he presenciado cuando un padre o una madre enojada maldicen a sus
propios hijos. Más tarde en la vida esos hijos repiten lo mismo con sus hijos,
esa es una cadena de iniquidad o maldición.
“Cuarenta años estuve disgustado con
la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis
caminos. Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo. Salmo
95:10-11
La
iniquidad es una tendencia tan fuerte hacia el pecado que no te permite ver lo
que Dios esta haciendo y diciendo ahora mismo. Aun más grave, es un problema
que se transmite de generación en generación. Los mismos pecados que la gente
cometió en Egipto, eran los mismos que se estaban cometiendo en el desierto.
Tanto así que llegaron a decir que estaban mejor en Egipto y que preferían ser
esclavos otra vez. A eso agrégale que ellos decían que Dios los sacó para
matarlos en el desierto, cosa que Dios nunca dijo y mucho menos planeó.
Cuando una
persona es salva, es perdonada de sus pecados inmediatamente y tiene la promesa
de ir al cielo con Dios. Mas sin embargo te podrás dar cuenta que en la
salvación inicia un proceso de aprendizaje y cambio. Más sin embargo, ese
cambio no se da en la misma velocidad en todas las personas. Nunca es un
proceso instantáneo.
El
cristiano nace en el Egipto espiritual, es decir esclavo y acostumbrados a los
vicios y pecados de Egipto. Una persona recién salva no se da cuenta que es
cautiva o esclava de muchos pecados o hábitos pecaminosos. Inclusive cristianos
maduros de muchos años. Muchos ni sabíamos que era pecado porque siempre lo
vimos normal. Hasta que se da cuenta que es un esclavo de los viejos hábitos,
costumbres y pecados. Fueron cuatrocientos años de esclavitud, cuatrocientos
años de herencias en el pueblo de Israel como esclavo. ¿Crees que ellos sabían
vivir como libres? ¿Crees que ellos podían vivir como Reyes y Sacerdotes en
Israel inmediatamente?
Un esclavo
clama a Dios para ser liberado, recibe la liberación de Dios, pero inicia un
viaje por el desierto. Es una preparación para purificar el corazón, para
preparar el corazón. En el desierto la iniquidad debe morir, no es posible
entrar a la tierra prometida con los pecados de Egipto. El cristiano debe pasar
por un proceso de liberación no nada más de los pecados, si no de las iniquidades,
maldiciones, etc.
“Antes en
el corazón maquináis iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras manos
en la tierra. Se apartaron los impíos desde la matriz; Se descarriaron
hablando mentira desde que nacieron. Veneno tienen como veneno de serpiente;
Son como el áspid sordo que cierra su oído, Que no oye la voz de los que
encantan, Por más hábil que el encantador sea”. Salmo 58:2-5
Este
es el relato de un malvado, que trae iniquidad desde el vientre de la madre, y
su maldad es como veneno. Cada persona es responsable de su propio pecado,
aunque recibes de los padres la tendencia a pecar y heredas de los padres,
costumbres pecaminosas y enfermedades. La sangre de Cristo es suficiente, solo
que hay que madurar y creer que la palabra de Dios es poderosa y la obra de
Dios se va a completar.
Dios quiere
que seas libre de iniquidad y heredes bendición
Como padres
tenemos una responsabilidad de no pasar iniquidades a nuestros hijos. Sé que
hay errores y Dios los perdona, pero también debo cancelar cualquier enfermedad
genética, pecado de iniquidad, maldición, etc., que se aferre a mi familia, que
sea generacional o que se transfiera. Debemos pedir que nuestros errores no te
transfieran a nuestros hijos, especialmente el pecado que desconocemos.
Un ejemplo
puede ser una señora cristiana que es divorciada y que mantiene a sus hijos.
Ella en su dolor ha decidido que nadie toque o lastime a sus hijos. Ella en su
estado cree que debe pelear y defender a sus hijos que fueron lastimados por el
divorcio, por la infidelidad y el rechazo. Esa persona se comporta áspera y
siempre a la defensiva, nadie debe volver a lastimar a mis hijos. Hiriendo y
lastimando a otras personas porque cree que le están lastimando a sus hijos,
pero ella cree que realmente los está defendiendo. Sus hijos creen que para
todo hay que defenderse y que todo mundo les quiere hacer daño. Esta familia
vive en problemas con todo mundo por su actitud siempre a la defensiva.
Realmente los pecados de odio, rencor, pleito, etc. se están siendo transferidos
a los hijos. Tarde o temprano los hijos van a pagar por estos pecados y se
retransmitirán a sus hijos, si no cortan con la raíz de iniquidad.
Esta
enseñanza no pretende mandar a nadie al infierno, es decir no es de
condenación. Simplemente si hay alguien que este batallando con un pecado o
atadura a un pecado repetitivo (eso se llama iniquidad), mi deseo es que sea
libre y hacerle ver la gravedad de la iniquidad aun para los creyentes en
Cristo.
Ahora
bien donde hay iniquidad simplemente esa persona no puede llegar a cumplir su
potencial en Dios. Dios lo cuida y lo protege, y provee de un cuidado especial
por ellos así como en el desierto a su pueblo solo movido por su misericordia.
Pero no se van a poder desenvolver en la voluntad de Dios. Ahí está la gravedad
del problema.
Muchos
cristianos creen que todo termina con la salvación, es decir recibo la
salvación y no hay nada más que hacer. La Biblia no enseña eso, si tu escudriñas la
escrituras te darás cuenta que hay un desarrollo o crecimiento para el
cristiano. Cuando tú recibes la salvación por gracia, inmediatamente tu nombre
es escrito en el libro de la vida. Pero tu manera de vivir debe ser
transformada (Rom 12) de acuerdo a las leyes de Dios (Su Justicia).
Cada quien
es responsable de su pecado. Si tu heredas iniquidad es una tendencia a pecar,
pero tu decides si pecas, no tus papas o abuelos. El cristiano tiene una lucha
con pasiones y deseos, pero la decisión de pecar es del individuo. Si tú
quieres conocer como se compara la misericordia de Dios, debes comparar que la
iniquidad llega hasta la tercera y cuarta generación, pero su misericordia
alcanza mil generaciones. Ahí hay misericordia.
Tu
naturaleza carnal no cambia el día que naciste en Jesucristo, tu crecimiento en
Cristo es gradual y Dios quiere desarrollar tus dones y habilidades. En ese
crecimiento hay descubrimientos, aprendizaje y sobre todo debes dejar tu
naturaleza carnal. Eso es en lo que Dios está trabajando en todos
nosotros.
La
iniquidad es verdadera y está operando
especialmente en las que sus generaciones anteriores no había gente
salva. Hay espíritus que se aferran a generaciones, a familias
enteras, tienen derechos legales sobre esas familias. La oración por los
pecados de los padres es válida y es escuchada por Dios (Daniel 9:8, Nehemías
1:6).
Ser padre
es de mucha responsabilidad, pero si yo como cristiano acostumbro mentir, mis
hijos aprenden que si se puede mentir aun siendo cristiano. ¿Qué es lo que les
estoy heredando a mis hijos? Si yo como padre no me libero de ese pecado, se lo
heredo a mis hijos y a los hijos de mis hijos.
Si a mis
hijos los maltrato con palabras, con amenazas y golpes como un medio para hacer
entender las cosas, para hacerlas ejecutar, o solamente porque alguien tiene
que pagar los platos rotos; los gritos, las malas palabras, las provocaciones y
todo aquellos componentes de los actos violentos que se viven en un hogar por ende que eso se
está transfiriendo a la generación que viene.
Hay
demasiados cristianos dejando herencias terribles a sus hijos, es por eso que
necesitamos liberarnos de la iniquidad. Lo peor de todo es cuando esas
iniquidades no aparecen en los hijos sino en los nietos.
Hay hijos
que muchas veces manifiestan que ven o siente cosas extrañas en sus casas con
una fuerte tendencia a lo oculto y en la indagatoria de conocer el origen de los hechos ellos dicen
“que papa ni mama ni los hermanos no les sucede lo mismo”, pero “tengo a mi
abuelita que nos contaba que veía cosas extrañas”. Esa niña siente que sus
padres no la entienden y si no la entienden no la van a poder ayudar. Si no
entienden las iniquidades tampoco la van a poder ayudar. Ni se ayudaran ellos.
En las
sagradas escrituras vemos como la iniquidad son como cárceles de la cuales solo
el poder de la sangre de Cristo se puede hacer libre”
“Entonces
Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios
se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu
corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y
ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en
hiel de amargura y en prisión de
maldad veo que
estás. Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor.
Hechos 8:20-24
Esta
prisión de “maldad” es iniquidad.
¿Ves como la iniquidad también opera en los hijos de Dios? ¿O crees que no fue
efectiva la sangre de Cristo cuando Simón acepto la salvación? En ninguna
manera esta es una contradicción a la palabra de Dios. Dios es muy claro cuando
dice su palabra:
“él es fiel
y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan
1:9
¿Te fijas?
El es fiel y justo para PERDONAR nuestros pecados y LIMPIARNOS de toda “maldad”, esta palabra maldad es
iniquidad.
“¡Ay de
vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron
vuestros padres! De modo que sois testigos y consentidores
de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y
vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso la sabiduría de
Dios también dijo: Les enviaré profetas y
apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, para que
se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha
derramado desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la
sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será
demandada de esta generación”. Lucas 11:49-51
Jesús
confirma lo que dice Éxodo 20 y 34 acerca de las iniquidades o maldiciones que
recogen los hijos por los pecados de los padres, esta es una palabra reveladora y simple y sencillamente
comprueba que las maldiciones e iniquidades traen consecuencias sobre los
hijos.
“No reine,
pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como
instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de
entre, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el
pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia”. Romanos 6:12-14
Del griego
Adikia que significa injusticia (ilegalidad), equivocado, inmoralidad, injusto.
Esta palabra en el original Hebreo es avon #5771 Concordancia Strong. La
definición de esta palabra incluye iniquidad, perversidad, depravación,
culpabilidad y castigo o castigo por la iniquidad o consecuencias de la
iniquidad.
“pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros
su rostro para no oír. Isaías 59:2
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