¡Qué tremenda enseñanza nos deja el apóstol Pablo en su carta a los
Filipenses en el cap. 3!
Les habla a los verdaderos creyentes acerca de lo que realmente es importante
en la vida del cristiano:
1. No es provenir de una
familia de abolengo.
2. No es el nivel cultural.
3. No es la posición
social.
4. No son los títulos
nobiliarios ni las jerarquías dentro de los cuadros de las Fuerzas Armadas, de
Seguridad, etc.
5.
No es la religión a la
cual pertenezcas.
Nada de eso importa ni impresiona a
Dios; porque Dios no se maneja con la sabiduría terrenal, diabólica (Sgo 3:15).
Es más, para llevar la contra a estos
criterios diabólicos, el ap. Pablo dice que Dios prefiere a las personas viles
y menospreciadas (1Co 1:28), porque son más moldeables por el poder del
Espíritu Santo, y así avergonzar a aquellos que se creen algo (aunque lo son en
el plano natural).
Si queremos ser importantes en el
Reino de los Cielos, debemos pues, adquirir la sabiduría que proviene de ese
lugar. Aquí nos enseña Pablo:
Filipenses 3:4-9 Palabra
de Dios para Todos (PDT)
4 Aunque yo tendría razones para confiar en
mi raza y posición social, no lo hago. Así que si alguien piensa que tiene
razones para confiar en su raza o posición social, yo tendría más razones que
cualquier otro. 5 Me circuncidaron cuando tenía ocho días de nacido, soy
israelita y pertenezco a la tribu de Benjamín. Soy hebreo y mis padres también
fueron hebreos. La ley era muy importante para mí, pues yo era fariseo. 6
Estaba tan dedicado a la ley y las tradiciones de mi pueblo que perseguía a la
iglesia, y nadie podía reprocharme nada porque siempre obedecía la ley.
7 En esa época pensaba
que todo eso era muy valioso, pero gracias a Cristo, ahora sé que eso no tiene
ningún valor. 8 Es más, creo que nada vale la pena comparado con el invaluable
bien de conocer a Jesucristo, mi Señor. Por Cristo he abandonado todo lo que
creía haber alcanzado. Ahora considero que todo aquello era basura con tal de
lograr a Cristo. 9 En él soy aprobado por Dios. No es que yo mismo me doy
aprobación por lo que dice la ley, sino que Dios me aprueba por la fe en
Cristo. [a] La aprobación viene de Dios por la fe.
NOTA: La "Ley" de la que está hablando el apóstol Pablo, es todo aquello a lo que debían ajustarse los religiosos del momento, y se encuentra en el Antiguo Testamento o El Pacto Antiguo.
Ariel A Lucero –
Comandante Principal de GNA
Capellán Evangélico –
Mat Nro 2904
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