martes, 14 de junio de 2016

Instrucción para el alma. (Iniquidad - 3ra parte)

LIGADURAS DE  IMPIEDAD
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? Isaías 58:6
 “Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado”. Proverbios 5:22
 La biblia es uno de los libros más increíbles, en ella se encuentran conceptos difíciles de entender aun parecen místicos. En ella se encuentran secretos escondidos y cosas difíciles de descifrar. Por ejemplo, la biblia habla cosas que no podemos ver, cosas invisibles, pero que ejercen un efecto muy potente en la vida de todas las personas. Por ejemplo, ligaduras de impiedad, cargas espirituales, pesos espirituales, yugos espirituales, cargas de opresión, ataduras o cadenas espirituales,  entre muchas otras cosas.
Imagínate todas estas cosas que no vemos pero existen y de alguna manera están presentes, y muchas veces afectan a tal grado que te impiden llegar a realizarte como persona. Es obvio que la Biblia usa estas figuras (yugo, ligaduras, ataduras, etc.) que describe como cosas muy parecidas a las físicas, pero que en realidad son espirituales.
Increíblemente es uno de los temas que más nos debe interesar, porque al mismo tiempo hay poca claridad a la hora de estudiarlas, hay poco conocimiento. El termino ligaduras de impiedad nos lleva a analizar cuidadosamente estas palabras. 
 Qué son la ligaduras de Impiedad
 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? Isaías 58:6
 Impiedad es la misma palabra que Iniquidad. La iniquidad es un término que muchas veces se pierde en las traducciones especialmente del Ingles al español,  ya que es muy difícil pasarlo de un idioma a otro especialmente cuando no existe tal término en el idioma actual. Muchísima gente no sabe la diferencia entre pecado e iniquidad, se confunden fácilmente.
Muchas veces la palabra Iniquidad y pecado se intercambian al grado que se confunde cuando se está hablando de una y de otra. Pero en los originales en hebreo se hace la diferencia claramente. Pecado e iniquidad son cosas diferentes aunque son muy similares. Brevemente te voy a explicar, pecado es cualquier cosa que esté en contra de la palabra de Dios, no hacer lo estipulado por Dios es pecado. El apóstol Pablo lo define así: Todo lo que no proviene de fe, es pecado. Incluyendo los pecados por error o por omitir hacer algo. En cambio iniquidad es un pecado repetitivo, son hábitos pecaminosos que se transmiten de generación en generación. Por ejemplo si una persona insiste en pecar por su propio deseo, eso se convierte en iniquidad. La iniquidad es gravísima ya que se transmite de padres a hijos, y por generaciones. ¡Eso no hay duda!
Es decir mis hábitos pecaminosos y sus consecuencias se transmiten a mis hijos y los hijos de mis hijos y así sucesivamente hasta la tercera y cuarta generación. (Éxodo 20 y 34). Solo cuando algo así se transmite de generación en generación y sigue causando estragos se puede decir que es iniquidad. Pero quiero aclarar que no todo pecado es iniquidad o no toda enfermedad es necesariamente iniquidad.
En la vida hay situaciones que nos llegan a amarrar o atar a las personas espiritualmente o inclusive a las situaciones o a las cosas materiales inclusive. Esas ataduras o ligaduras son invisibles, pero son tan fuertes como una cadena o un cable pero invisible. Una persona que es dominada por algún vicio, llega a ser tan fuerte su atadura o ligadura, que es muy difícil de romper. Existen personas atadas a la pornografía, sexo, drogas, alcohol, sentimiento de rencor, celos, ira, odio, malas palabras, televisión, internet, comer demasiado, juegos electrónicos, apuestas, casinos, barajas, etc. etc.
 “¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne”. 1 Corintios 6:16
 “Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado”. Proverbios 5:22(RV60)
 “Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan”. Proverbios 5:22 (NVI)
Cualquier hábito vicioso que sea dañino para tu salud y tus relaciones personales ha llegado a ser una atadura. Pero no solo eso, puedes parecer un persona completamente saludable y sin problemas, pero hay ataduras en tu vida. Inclusive podemos estar atados a las personas, una relación sexual inapropiada, una relación peligrosa y obstinada, una obsesión con alguna persona o vicio. El odio y el rencor nos atan a las personas; por eso la necesidad de perdonar a tiempo; porque eso significa romper cuerdas. 
Por la vida vamos acumulando ciertas ataduras con personas, situaciones o maneras de pensar que forman un peso, una carga o una ligadura muy fuerte. Esas ataduras se van haciendo gradualmente tal vez desde niños o en una edad temprana. Un vicio es un ejemplo de ello, hay vicios casi invisibles por ejemplo el vicio a la “aceptación de las personas”, el vicio a la melancolía o tristeza, el vicio de estar siempre en control de las cosas o de estar siempre en problemas. Todos eso son hábitos pecaminosos muy fuertes.
 Existen miles de maneras en las que una persona puede estar atada. Para cualquier persona es difícil saber cuándo hay ataduras. ¿Por qué? Porque son invisibles, pero la manera de saberlo es cuando hay un sentimiento de carga, como una carga pesada sobre ti, hay cosas que te impiden avanzar o dejar ciertos hábitos, las ataduras o ligaduras no te dejan avanzar. Producen en ti un sentimiento de culpa y dependencia, puedes llegar a disfrutarlo en momentos para luego darte cuenta que te está destruyendo tu vida y por lo tanto es repugnante. Te encuentras en un círculo vicioso y no puedes salir de él. Es decir te agrada pero te lastima, te agrada pero produce una tristeza y un peso en ti. Sientes que oprime tu vida, sientes que no puedes dejar a un lado esa persona, ese pecado, ese vicio, ese hábito o cosa.
“No te entremetas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos, No sea que aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma”. Proverbios 22:24-25  
Una vez que reconoces que hay ligaduras o ataduras en tu vida que te están lastimando, que te están aprisionando y que no te dejan ser feliz en la vida. Debes saber que Dios quiere que vivas en completa libertad. Dios quiere ayudarte a romper esas ligaduras de impiedad. Esas ligaduras impiden que llegues a tu propósito en la vida.  
 Dios quiere que seas completamente libre
 La biblia dice que Cristo vino a liberar a los cautivos de ligaduras, ataduras, cárceles, cargas y todo tipo de impedimentos espirituales.  La única manera de librarnos de esas ligaduras es a través de la obra de Jesús. Veamos:
 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel. Isaías 61:1
 Jesucristo es conocido como el ungido, ungido quiere decir escogido. Así Jesucristo fue el escogido por Dios para predicar la buenas nuevas, para sanar a los que sufren de enfermedades físicas, mentales y emocionales. Jesús vino para liberar a los cautivos por el Diablo y abrir las cárceles espirituales. Es decir la obra de Cristo es tan completa que nos ayuda a realizarnos espiritualmente. Si no somos liberados de esos impedimentos, no podemos llegar a ser lo que Dios ha diseñado para nosotros. ¿Por qué? Porque simplemente no podemos ser efectivos en nuestra vida si nos quedamos como estamos, atados a la impiedad.  
La sangre de Jesús fue derramada para que recibieras esa verdadera libertad, esas son la buenas nuevas, la buenas noticias que Dios envió al mundo. El pueblo de Israel fue liberado de Egipto gracias al acto profético. Dios les indicó que pusieran sangre de corderos sobre las ventanas y puertas. Gracias a este acto de obediencia y fe, ellos fueron liberados de la esclavitud en la antigüedad. Este acto fue profético porque  los corderos simbolizaban al verdadero Cordero de Dios que habría de venir en el futuro de ellos. Este acto fue profético también porque estaba señalando que los hijos de Dios todos debemos ser liberados de la manera pasada de vivir. De los vicio, de las ataduras pecaminosas.
 Es decir esas cargas y ligaduras se van formando en nuestra vida, algunas las hemos adquirido o heredado de nuestras familias, religión, sociedad, cultura o simplemente así vimos las cosas y las hicimos parte de nuestra vida. Algunos pecados los hemos aceptado como algo bueno o no tan malo. Así como le sucedió al pueblo de  Israel, así el pueblo de Dios nace esclavo de pecados. Es decir cuando tú naces en el cristianismo, aceptas a Jesucristo como tu salvador, naces realmente esclavo del pecado si continúas pecando. Es decir recibes salvación y perdón de pecados, pero necesitas ser liberado de ataduras, hábitos, formas de ser y de pensar adquiridas en Egipto (Tu vida pasada o sea el mundo).
Dios no te quiere dejar así, Él quiere que le sirvas y te llevará al desierto, el lugar donde debes sacar los pecados de Egipto de tu corazón. Debes sacar los pecados adquiridos en tu vida pasada. Es un caminar, es un largo proceso, es un aprender y es luchar con Dios no contra Dios. Todos los grandes hombres de Dios fueron llevados al desierto. Esto está en la biblia y no son simples historias, son mensajes que necesitan ser descubiertos por ti. Son enseñanzas que debemos poner en práctica.
Solamente la sangre de Jesús que fue derramada en la cruz, es poderosa para liberarte. Pero de ti depende el caminar en libertad.  
 Debemos permanecer libres en Cristo:
 Una cosa es ser perdonado por tus pecados, lo cual Dios hace instantáneamente cuando tú confías en su perdón y recibes su salvación. Pero la verdadera liberación es un proceso espiritual de crecimiento, de madures, de conocimiento y decisión. Necesitas una transformación y renovación de la mente como la que habla Pablo. 
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2
 Tu mente y tu entendimiento necesitan cambiar para poder vivir como libre, y no seguir viviendo como esclavo. Esas historias están en la vida del pueblo de Israel en el desierto y se repiten en la vida del cristiano. Gracias a la poderosa sangre de Jesús es que somos liberados de ataduras, es en el poder de Jesucristo que nos hace libres. Así que una cosa es ser liberado de ataduras o ligaduras de iniquidad y otra es mantenerse o permanecer libres. Veamos:
 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1
 Es muy fácil volver a caer en esclavitud. Se nos hace cómodo y aun mejor regresar a la vida pasada. Pareciera que estábamos mejor. Esa es una mentira de Satanás. Es nuestra responsabilidad mantenernos libres de pecado, libres de vicios, libres de hábitos pecaminosos y romper todo lazo pecaminoso, incluyendo maneras de pensar, razonamientos o patrones de pensamiento. Muchas veces podemos ser esclavos de un mal pensamiento, pensamientos de suicidio, pensamientos de pobreza, pensamientos de fealdad, de inferioridad, torpeza, etc. 
Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.  Proverbios 23:7
 Llegamos a ser esclavos de nuestros pensamientos y emociones, nos han atrapado y quedaremos ligados a esos sentimientos, pensamientos y emociones. La falta de perdón, la avaricia, etc. nos atan a las personas y a las cosas. Simplemente date cuenta, perdonar significa romper cuerdas, romper ligaduras.
 Una persona que ha sido liberada por Jesucristo, necesita reemplazar su sistema de valores, sus pensamientos y sus hábitos de acuerdo a la Biblia o los parámetros de Dios. Como seres humanos somos personas de hábitos, es decir si yo acostumbro a tomar café todas las mañanas, sería muy difícil dejar el café. Pero sería más fácil si cambio mi hábito y tal vez empiezo a tomar algo de té. Pero lo mismo son los pensamientos, si tengo el mal hábito de pensar en que soy un tonto, debo buscar pasajes bíblicos que me hagan saber lo que soy en Cristo y reemplazar los malos pensamientos. De esa manera será más difícil para que esos pensamientos regresen, ya que siempre van a querer regresar, te lo aseguro.
 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Juan 8:34-36
 Si somos obedientes a Dios, cultivamos una amistad con Jesús muy pronto esos pensamiento o ligaduras ya no van a poder hacer un efecto negativo en mi vida. Porque simple y sencillamente tengo una protección en mi mente, con nuevos valores, nuevos pensamientos, nuevas creencias, nuevos sentimientos. Tengo la palabra de Dios en mi vida.
 No podemos caminar hacia nuestro propósito si no somos libres
 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Génesis 4:7
 En esta versión está un poco difícil de entender, pero la versión NVI dice:
 “Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.»” Génesis 4:7
 Ese ha sido siempre el problema de pecar, creemos en la misericordia de Dios y si es cierto Dios nos ama mucho y nos perdona. Pero las consecuencias de pecar vienen y no podemos pecar y no ser esclavos del pecado.
He hablado suficiente a cerca de los pensamientos que nos impiden avanzar, ya sea que me crea superior, que me crea muy espiritual o que crea que ya lo sé todo en la vida. Eso pudiera ser un impedimento para crecer espiritualmente. Pablo lo dijo así: 
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno”. Romanos 12:3-9 
Creo que si profundizamos nos damos cuenta que nos falta mucho para llegar a ser lo que Dios quiere para nosotros. Debemos pedirle a Dios que nos ubique y que nos enseñe a saber quiénes somos en Cristo. Qué dones tenemos, qué función tenemos, qué gracia tenemos, qué medida de fe tenemos.
 Si seguimos pecando, fingimos amor y no aborrecemos el pecado, esto puede pasar:
 ”Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo. Salmo 95:10-11
 La única manera de caminar en verdadera libertad es a través del conocimiento de la palabra de Dios.
 “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:31-32
 Es el conocimiento de la verdad, no de la letra, no de historia, no de mucha biblia, si no el conocimiento de la verdad, la que nos hace libres. Conocer y permanecer en la palabra que viene de Dios nos hace libres. Antes de conocer la verdad debemos permanecer en la palabra, al permanecer en su palabra viene una revelación de su verdad.
Para romper las ligaduras y lazos de maldad, necesitamos conocer la verdad. Y es el conocimiento y apego a la verdad que nos hará caminar libres de toda atadura, de toda culpa, de todo estorbo. Entonces podemos caminar hacia el destino y el diseño de Dios para nuestra vida. 
 “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Juan 8:34-36
 Permite que Jesús con sus palabras te haga completamente libre de lazos, de ligaduras de iniquidad, invita a Jesús con toda su verdad, camina en su verdad y serás verdaderamente libre. Permanecer es apegarse a su palabra por imposible que parezca, es declarar su palabra y es actuar en su palabra.



2 comentarios:

  1. hola es algo cierto nuestro sistema educativo esta construido para ser esclavos.
    donde la educacion no es gratis

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  2. hola es algo cierto nuestro sistema educativo esta construido para ser esclavos.
    donde la educacion no es gratis

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